Imágenes de lo Celestial

Pascua

Frescos, pinturas al óleo y esculturas de mármol son obras que nos vienen a la mente inmediatamente cuando pensamos en tesoros artísticos. Pero entre las formas de arte más costosas y hermosas, también debemos incluir los tapices.
En la Capilla Sixtina de Roma se encuentra un extraordinario tapiz de la Resurrección de Cristo, tejido en Bruselas bajo la dirección del maestro flamenco Pieter van Aelst en la década de 1520.
Su tamaño (casi 18 pies por 32 pies) hace de este tapiz una maravilla para la vista.

La habilidad técnica de los artesanos (se dice que la imagen de Jesús gira y sigue al espectador desde cualquier dirección que lo esté mirando) también hace de esta obra una obra maestra.
En este día de Pascua, sin embargo, es realmente el tema lo que finalmente mueve nuestros corazones y almas.
Jesús es el conquistador, el vencedor sobre el pecado y la muerte.
Demos a los soldados el beneficio de la duda: no son personas intrínsecamente malas, ni sabemos nada sobre el carácter personal de ninguno de ellos.
Pero a menudo pienso que los guardias de la tumba de Jesús eran dos o tres soldados como máximo.
En el tapiz que estamos viendo, la guardia se parece más a un pelotón, y estos soldados romanos armados y bien entrenados, que forman parte de la mayor fuerza militar de su tiempo, no son rivales, incluso se encogen de miedo ante la presencia de los crucificados. y ahora Señor Resucitado.
¿Que mas necesita ser dicho? El tapiz de la Resurrección de Cristo de la Capilla Sixtina proclama el mensaje simple pero más poderoso de este día de Pascua: Jesús, nuestro Señor crucificado y Resucitado, a través de Su muerte y resurrección, nos ha hecho posible creer con certeza que no importa la dificultad. o luchas que podamos encontrar en la vida, al final, el bien vence al mal, la luz vence a la oscuridad, ¡la vida vence a la muerte!
Jesucristo ha resucitado hoy… En verdad ha resucitado… ¡felices Pascuas para todos y cada uno!

Domingo de Ramos

En este Domingo de Ramos reflexionamos sobre la narración de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, que también será proclamada en la liturgia del Viernes Santo.

La Pasión de Jesús culmina con su muerte y entierro, y por eso hoy reflexionamos sobre “La Crucifixión”, una pintura al óleo terminada por el artista veneciano Tiziano en 1558.

En este cuadro, nuestro Señor crucificado es, por supuesto, la figura más significativa del cuadro.

Pero, ¿qué podemos llevar a la oración mientras miramos a cada uno de los tres santos representados en esta imagen?

Nuestra Señora se presenta aquí como la Madre Dolorosa.

Uno de los títulos de la Vírgen María en el que nos centramos en nuestra reflexión sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús es su título de Madre de los Dolores.

María al pie de la Cruz es siempre un recordatorio de que ella conoce nuestras luchas, y sus oraciones por nosotros se ofrecen para obtenernos coraje, compasión y consuelo en nuestros dolores.

Mientras la cabeza de María está inclinada, la cabeza del Discípulo Amado está vuelta hacia arriba.

La postura de este discípulo, a menudo identificado como el autor del cuarto evangelio, el evangelio de Juan, podría ser un indicador de uno de los temas recurrentes de este evangelio, a saber, que cuando el Hijo del Hombre sea levantado, este será un momento en el que la gloria de Dios se revela.

Claramente, el Discípulo Amado en la pintura de Tiziano está dando gloria a Dios.

La presencia de Santo Domingo al pie de la cruz de Jesús es un anacronismo: Santo Domingo vivió más de 1100 años después de la muerte de Jesús.

La inclusión de Santo Domingo por parte de Tiziano en la pintura refleja el hecho de que la pintura fue encargada para ser parte de la decoración de una iglesia nombrada en honor a Santo Domingo en la ciudad portuaria italiana de Ancona, Italia.

La postura de Santo Domingo de aferrarse a la Cruz nos recuerda el lema de la Congregación de la Santa Cruz, “spes unica”, frase que expresa nuestra creencia de que en momentos de desesperación, e incluso en momentos de paz, ¡nuestra única esperanza de salvación se encuentra en la muerte y resurrección de Jesús!

Sufrimiento y Esperanza

El cuadro de Winslow Homer, “El veterano en un campo nuevo,” evoca muchas emociones debido al momento de la historia en el que se produjo.

Fue pintado en 1865, al final de la Guerra Civil estadounidense, una época en la que la gente se sentía aliviada de que una guerra sangrienta había terminado.

Hubo un dolor tremendo por la gran pérdida de vidas que resultó de la guerra.

Había esperanza de que la gente pudiera volver al modo de vida que conocían antes de la guerra y que llamaran a los miembros de la familia a luchar en ambos lados del conflicto.

También estaba el malestar espiritual cuando experiencias tan diferentes como la vida y la muerte coexisten una al lado de la otra.

En el evangelio del V domingo de Cuaresma, Jesús habla de que, a menos que un grano de trigo caiga al suelo y muera, sigue siendo sólo un grano de trigo; pero si muere, produce mucho fruto.

Cuando Jesús usa imágenes como un grano de trigo para describir la experiencia de muerte y resurrección, nos sentimos cómodos.

Pero a medida que se acerca la Semana Santa, deberíamos sentirnos un poco incómodos al considerar con más cuidado y compasión el sufrimiento y el dolor real que Él soportó cuando sufrió y murió por el perdón de nuestros pecados.

En nuestras mentes, profesamos la creencia de que algún día compartiremos Su resurrección y vida eterna, pero en nuestros corazones estamos llamados a tener compasión por aquellos que han perdido a sus seres más queridos y que ahora entienden esta enseñanza de Jesús y que nosotros sólo podemos imaginar.

Tratamos de animar a los que sufren de que su dolor es compartir la cruz de Jesús, pero ¿rezamos diariamente por la esperanza de aplicar esas palabras a nosotros mismos cuando nos llegue el sabor amargo del sufrimiento?

“El veterano en un campo nuevo” no es una imagen romántica de una vida agraria idílica; es una meditación sobre las emociones encontradas que experimentamos cuando la vida y la muerte, el sufrimiento y la esperanza coexisten en nuestras vidas.

¡Recemos para poder conocer el verdadero significado de la esperanza, especialmente en esos momentos en que el dolor y la pérdida pesan sobre nuestros corazones!

La Verdadera Presencia

“La Eucaristía: La verdadera presencia de Jesucristo” es una imagen verdaderamente contemporánea… fue creada por una artista de Luisiana, Diane Cannella St. Germain, en 2021.

Este cuadro llama nuestra atención sobre tantas dimensiones de la Eucaristía:
• sus orígenes en la Encarnación y nacimiento de Jesús;
• el Sacrificio que Él hizo de Sí Mismo en el altar de la Cruz;
• la representación de este sacrificio en la Hostia y el Cáliz en nuestra celebración de la Misa;
• y la indicación del banquete eterno que esperamos compartir en el reino celestial de Dios.

Al permitir que las palabras del evangelio de este domingo resuenen en nuestras mentes y corazones, esta imagen artística nos recuerda algunos versículos en particular.

Primero, el movimiento vertical de la oscuridad a la luz nos recuerda el versículo donde Jesús habla de cómo Él, “la luz, vino al mundo, pero los hombres prefirieron las tinieblas a la luz porque sus obras eran malas.”

Jesús es la luz del mundo, la luz que brilla en las tinieblas, y las tinieblas nunca vencerán a Su luz.

Pero la oscuridad continúa existiendo en nuestro mundo, ahora como entonces, en el momento del nacimiento y ministerio de Jesús en esta tierra. A medida que nuestros ojos ascienden de la oscuridad a la luz en esta pintura, recordamos las palabras esperanzadoras de Jesús “Pero el que hace la verdad va a la luz, para que se vea que sus obras han sido hechas en Dios.”

Somos hijos de la luz porque constantemente buscamos conocer y vivir en la luz de la verdad, y porque somos hijos de Dios, llevando la luz del Espíritu Santo en nuestros corazones.

Esta pintura también nos recuerda el versículo muy familiar: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su único Hijo… para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna”.

En el movimiento de esta pintura desde la relativa oscuridad del humilde nacimiento de Jesús hasta la máxima iluminación y unión de la Hostia Eucarística, el Señor Resucitado y el reino celestial, Diane Cannella St. Germain nos ha retratado visualmente el mensaje del evangelio de esta semana.: “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él”.

La limpieza del templo

Al observar el borrador del dibujo “La limpieza del templo”, del pintor neoclásico ruso del siglo XIX, Alexander Ivanov, nos inspira a pensar en el versículo del Salmo 51 en el que oramos: “Crea en mí, Señor, un corazón puro.”

En el borrador de Ivanov, claramente Jesús es el único personaje cuyos rasgos son distintos y retratado a todo color.

Los rasgos de algunos de los personajes son más claramente discernibles; las características de otros, son apenas perceptibles.

Esta representación artística de Jesús nos trae a la mente la realidad espiritual de que sólo Jesús es perfectamente puro en espíritu y que nosotros, miembros de la familia humana, nos aproximamos más o menos a la plenitud de santidad que encontramos en Él.

El hecho de que las columnas del templo más cerca de Jesús sean claras, distintas y de contraste de color con los elementos del templo que están al fondo, también puede ser una indicación de que en su vida, muerte y resurrección, Jesús está inaugurando una nueva alianza que conducirá a la santidad de manera más clara y directa que la primera.

También vemos que el manto de Jesús es azul – el color que asociamos con la Santísima Virgen María… esto puede recordarnos sutilmente la cercanía de María a Jesús: en su relación íntima como Madre e Hijo y en la manera ejemplar en que ella nos muestra cómo ser su discípulo.

Quizás el pintor ruso del siglo XIX Alexander Ivanov se esté haciendo eco de la enseñanza predicada anteriormente por San Luis María de Montfort: que ir a Jesús a través de María en la nueva alianza que Él ha establecido en Su Iglesia, es el camino seguro hacia la pureza de corazón y en última instancia, ¡hacia la vida eterna!

La Transfiguración de Cristo

Si hay una palabra que Luca Giordano tomó del evangelio y le dio vida en su cuadro “La Transfiguración de Cristo”, esa palabra tendría que ser “deslumbrante”.

En la descripción del evangelio de la Transfiguración de Jesús, “Sus vestidos se volvieron de un blanco resplandeciente” … y esto es lo que Giordano retrata en su hermosa obra de arte.

Luca Giordano fue un pintor barroco del siglo XVII que nació en Nápoles, trabajó extensamente en Florencia, pasó un tiempo en la corte de Carlos II en España y al final de su vida regresó a su lugar natal, Nápoles.

Los historiadores del arte describen la técnica que utilizó Giordano en esta pintura al representar la luz de una manera deslumbrante… al reflexionar sobre esta pintura como personas de fe, observamos el impacto de esta luz reflejada por las deslumbrantes ropas blancas de Jesús en aquellos que estaban con Él en el momento de Su Transfiguración.

Las figuras del Antiguo Testamento, Moisés y Elías, parecen poder mirar directamente a Jesús, una indicación de que están anticipando la visión beatífica que tendrán después de la muerte y resurrección de Jesús.

Sin embargo, la reacción de los apóstoles Pedro, Santiago y Juan es muy diferente.

Uno de estos apóstoles intenta mirar la visión de Jesús, pero con el brazo en posición de bloquear o filtrar la deslumbrante luz.

Otro, simplemente se inclina boca abajo, porque para él la luz es simplemente demasiado brillante para soportarla.

El tercero parece intentar apreciar la luz, pero mirando la imagen de Jesús de forma indirecta.

Las lecciones para nosotros hoy… en su hermoso cuadro, “La Transfiguración de Cristo”, Luca Giordano nos recuerda que, como el blanco deslumbrante de las vestiduras de Jesús, el amor de Dios en nuestras vidas es tan grande que a veces nos hace agachar la cabeza en contrición; a veces es un regalo que vemos reflejado en la presencia de la bondad, la belleza y la verdad en nuestro mundo; y a veces es un regalo que vislumbramos aunque tal vez no apreciamos del todo ahora, pero que pedimos en oración disfrutaremos plenamente para siempre algún día, en la visión beatífica en el reino celestial de Dios.

Cristo en el Desierto

En un solo versículo, el evangelio de Marcos describe un período muy significativo en la vida de Jesús de la siguiente manera: “…el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le servían.”

La pintura “Cristo en el desierto”, del artista renacentista italiano Moretto da Brescia, captura muchos de los elementos de estas palabras del evangelio de Marcos: bestias salvajes, ángeles, y Satanás representado como suele ser en el arte, por un reptil parecido a una serpiente.

Pero al mirar a Jesús en este cuadro, lo que veo es a alguien más en meditación que a una persona sujeta a la tentación.

Jesús es la figura principal en esta pintura, los siguientes son los ángeles, y luego las bestias salvajes y finalmente, con esfuerzo uno identifica la figura que se supone representa a Satanás.

Consistente con el optimismo y la exuberancia del Renacimiento, quizás nuestro pintor esté comunicando el mensaje que está en el corazón de la Palabra de Dios: el bien vencerá al mal, la luz vencerá a las tinieblas y la vida vencerá a la muerte.

Esto no significa negar la experiencia de la tentación de Jesús en el desierto, ni otras luchas o sufrimientos que experimentó en la vida.

Pero la pintura de Moretto da Brescia de “Cristo en el desierto” nos recuerda, al iniciar la Cuaresma, que reflexionar sobre el plan de Dios para nuestra salvación, especialmente en una postura de oración y paz, seguramente nos llevará, junto con nuestro ayuno y limosna, a una Cuaresma y Semana Santa que culminará en una celebración gozosa y triunfante de la Pascua.

Mike Moyers es un artista cristiano contemporáneo que se describe a sí mismo como un impresionista teológico. Se ve la influencia de un estilo impresionista en su cuadro “El Pesebre”… ¡también se ve allí una teología de la familia muy inspiradora!

En el halo que rodea a la Sagrada Familia, se ve la imagen de un globo terráqueo, o una impresión del mundo que rodea a Jesús, María y José… esta imagen me recuerda nuestra creencia de que el matrimonio de un hombre y una mujer y la vida familiar que que fluye de esa unión es parte del plan de Dios para la creación desde el principio, incluso antes de la Encarnación y nacimiento de Jesús que celebramos en la época navideña.

La representación física de José y María en la obra de Moyers nos recuerda la diferencia, la complementariedad y la igualdad de hombres, mujeres, esposos y esposas en nuestra sociedad, en nuestra Iglesia y en nuestras familias.

Sólo María tocando a Jesús puede recordarnos el vínculo único que existe entre madres e hijos, y el tamaño y la posición de José en relación con Jesús y María pueden indicar el papel único que él y todos los padres desempeñan en el sustento y protección de sus familias.

Aunque es el más pequeño físicamente, Jesús es también la figura más brillante en esta escena… recordándonos, entre otras cosas, la centralidad de Su lugar en las vidas de nuestras familias – y de nuestra Iglesia y de nuestro mundo – y también el gran poder de Su amor disipando la oscuridad. de todo tipo de entre nosotros.

Inspirados por la belleza de esta imagen contemporánea de la Sagrada Familia, oremos: ¡Jesús, María y José, santifiquen también a nuestras familias!

Recuerdo haber oído una vez que, después de la crucifixión de Jesús, la Anunciación de su nacimiento es la segunda escena representada con más frecuencia en toda la historia del arte cristiano.

La Anunciación del nacimiento de Jesús ha sido objeto de obras de artistas desde el siglo IV, en los dibujos de las catacumbas romanas. Es el tema de los artistas de la Edad Media y el Renacimiento, tanto en las iglesias orientales como occidentales.

Hoy reflexionamos sobre la representación de la Anunciación que ofrece Henry Ossawa Tanner, el primer pintor afroamericano que obtuvo reconocimiento internacional en las décadas posteriores a la Guerra Civil estadounidense.

Tanner nos da una imagen de la Anunciación que evoca las palabras del evangelista Lucas, quien describe a María reflexionando sobre lo que podría significar el saludo del ángel Gabriel.

Pero en la versión de la Anunciación de Tanner, en realidad no vemos un ángel.

Vemos a María, mirando una criatura ligera, pero no alada, sosteniendo un lirio o llevando un pergamino con un mensaje como podríamos ver en el arte de otras épocas.

Ni siquiera vemos una aureola sobre María para designarla como santa.

Lo que vemos es a una mujer joven orando, en lo que podría parecer un momento en el que recién se está levantando de su sueño.

En lugar del ángel alado vemos luz, y si miramos de cerca, el haz de luz se cruza con un estante dándonos la imagen de una cruz.

Lo que Tanner puede estar enseñándonos mientras reflexionamos sobre esta imagen en el cuarto domingo de Adviento, es que los ángeles son espíritus puros que comunican un mensaje que puede tocarnos directamente en nuestros corazones.

El mensaje proviene y nos lleva de regreso al Señor de la Luz, Jesucristo, quien nos llama a compartir su gloria, pero solo si estamos dispuestos a tomar nuestra Cruz y seguirlo.

Mientras meditamos en la hermosa imagen de Nuestra Señora de Tanner, oramos: Ave María, llena eres de gracia… ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Imágenes de lo Celestial: Reflexión del Padre Tom del 3º Domingo de Adviento

James Tissot fue un pintor francés que produjo sus mejores obras a mediados y finales del siglo XIX.

Aunque se le identifica como contribuyente a los inicios del movimiento impresionista en la pintura francesa, Tissot también experimentó una conversión espiritual que lo inspiró a centrarse en temas religiosos en su obra cerca del final de su vida.

Uno de estos cuadros, Juan Bautista y los fariseos, nos ofrece una idea de la naturaleza de su conversión.

A diferencia de las pinturas que tienden a representar a John como un hombre salvaje semidesnudo, Tissot lo representa completamente vestido. Y en lugar de implicar una relación de enojo o confrontación con los líderes religiosos de su tiempo, Tissot retrata una relación –por irónica que sea– de Juan como maestro, y los fariseos, escribas y sacerdotes como aprendices dispuestos y ansiosos. Incluso los soldados romanos adoptan la postura de alumnos.

En este tercer domingo de Adviento, cuando el cirio rosa nos invita a alegrarnos, el cuadro de Tissot sobre Juan Bautista y los fariseos –además del evangelio, por supuesto– nos recuerda que la llamada a la conversión no es siempre ni exclusivamente una experiencia dolorosa. – puede que incluso sea alegre.

Sí, las imágenes de un Juan radical nos recuerdan que la conversión –ya sea un alejamiento del pecado o un retorno celoso a la práctica de la fe– puede ser un acontecimiento dramático.

Pero la imagen de Tissot y la descripción del evangelio de lo que puede interpretarse como un diálogo respetuoso también nos recuerdan que la conversión puede ser un proceso gradual, gentil y a veces apenas perceptible, a medida que Dios obra dentro del contexto de nuestras personalidades y temperamentos para lograr una vida gozosa de la vida de gracia.

Independientemente de cómo Dios nos invite a la experiencia de la conversión en nuestras vidas, que nosotros, como Juan Bautista, testifiquemos de la Luz, de Jesús, la Luz del Mundo, en nuestras palabras y obras de una manera que también pueda llevar a otros a conocer y amar. El Señor.

Dar testimonio de la luz

Tiziano Vecelli fue un pintor renacentista italiano más conocido como Tiziano. Vivió a finales del siglo XV y mediados del XVI y está considerado el artista más importante de Venecia del siglo XVI.

Entre las características más llamativas de las pinturas de Tiziano se encuentra su uso del color y especialmente su representación de la luz.

En una pintura de Juan Bautista creada hacia el final de su vida, Tiziano utiliza la luz para iluminar el cuerpo del Bautista, así como el cordero a sus pies, el rollo que contiene su cita más famosa y el cielo hacia el cual dirige su rostro.

La luz que brilla sobre el cuerpo de Juan dirige nuestra atención a las severas vestiduras penitenciales que Juan vestía en su vida ascética en el desierto.

La luz que brilla sobre el cordero y el rollo resaltan la proclamación más famosa de Juan y las palabras que pronunció al presenciar a Jesús entre sus contemporáneos: He aquí el Cordero de Dios.

La luz del cielo hacia la cual Juan dirige su rostro indica su conciencia de ser enviado por Dios a preparar el camino del Señor, y también de que pronto regresaría a Dios después de sufrir una muerte de mártir por dar testimonio de la verdad ante el rey Herodes.

Como el gran artista Tiziano y el gran profeta Juan Bautista, que siempre busquemos la luz para iluminar nuestras vidas: la luz que encontramos en el mundo de la naturaleza y la luz del evangelio que se revela más perfectamente ¡en el nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesús!

La luz del mundo

William Holman Hunt fue un pintor inglés que vivió desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX.

Fue uno de los fundadores de lo que se conoce como la Hermandad Pre-Rafaelita, una escuela de pintores cuyas obras reflejan la creencia de que existe una dimensión espiritual en el arte que va más allá de una simple imagen realista del mundo de la naturaleza.

En su pintura “La luz del mundo” Hunt representa a Jesús llamando a una puerta con una luz en la mano.

Esta escena nos recuerda las palabras de Jesús que escuchamos en el evangelio del Primer Domingo de Adviento: “¡Estad alerta! ¡Estad alerta! No sabemos cuándo vendrá el señor de la casa.”

El Adviento es un tiempo de preparación para la Navidad, donde recordamos la 1ª Venida y nacimiento de Jesús en Belén, hace más de 2000 años.

El Adviento también es un tiempo para recordar que habrá una 2º Venida de Jesús, y para ese momento debemos estar siempre preparados.

Esperamos su segunda venida, no en un estado de temor, preocupación o ansiedad, sino más bien, especialmente en el Adviento, con un espíritu de gozosa esperanza.

Si vivimos cada día haciendo lo mejor que podemos para amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y fuerzas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no tenemos por qué temer un día de juicio o el día en que Cristo regresará.

Es cierto, como nos recordaría Hunt, que Jesús, La Luz del Mundo, vendrá a un mundo donde la oscuridad del error y el pecado son obvias.

Pero la imagen que Hunt tiene de Jesús también nos recuerda que ya sea que estemos hablando de la 1ª o 2ª venida de Jesús, Él es la luz que brilla en las tinieblas, ¡y las tinieblas nunca lo vencerá!

Corpus Christi

En la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Fiesta de Corpus Christi, recordamos que en el Sacrificio de la Santa Misa, el poder salvador de la muerte y resurrección de Jesús se hace presente en el ofrecimiento y consagración del pan y el vino. Estos dones que son ahora el Cuerpo y la Sangre de Cristo, lo recibimos en nuestra Sagrada Comunión, lo que nos hace uno con el Señor Resucitado y con los demás como miembros del Cuerpo de Cristo. Nuestra comunión con el Señor y la capacidad de servir a los demás se enriquece con nuestra oración en privado y con los demás en Presencia de Nuestro Señor en la Adoración Eucarística.

Les invito a acompañarnos aquí en El Buen Pastor:
• de lunes a viernes de 8 – 9am;
• de lunes a viernes de 6 – 7pm;
• cada primer viernes del mes de 6 – 7pm;
• y dondequiera que la iglesia esté abierta de mañana hasta la noche para visitas al Santísimo Sacramento. En nuestra oración en la presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento, hermanos y hermanas, ¡Venid y adoremos!

Domingo de Trinidad

Puede ser mejor para todos nosotros, ahora y siempre, reconocer que el misterio de la Santísima Trinidad que celebramos hoy es solo eso: un misterio.
Hasta que veamos a Dios frente a frente, nunca entenderemos completamente cómo Un Dios puede ser al mismo tiempo Tres Personas.
Mientras tanto, podemos detenernos y consideremos cómo profesamos este misterio con tanta frecuencia, incluso sin comprenderlo por completo.
Todos los domingos hacemos una profesión de fe que expresa la creencia en un solo Dios, que es el Padre Todopoderoso; Jesucristo Su único Hijo; y el Espíritu Santo.
Cuando venimos a la iglesia, nos bendecimos con Agua Bendita y recordamos nuestro Bautismo… en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Y cada vez que hacemos la Señal de la Cruz, también estamos haciendo una profesión de fe en este sublime misterio… ¡si tan solo nos detuviéramos, recordemos y oremos sobre lo que estamos haciendo!
Amigos… ¡que Dios todopoderoso los bendiga, en el nomre del Padre del Hijo y el Espíritu Santo!

Pentecostés

Nuestra celebración de Pentecostés recuerda el inicio de la vida de la Iglesa con el descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles – y por medio de su ministerio – sobre todos los discípulos del Señor Resucitado. Con nuestra celebración de Pentecostés, también marcamos el final del tiempo de Pascua y el regreso del Tiempo Ordinario. Esta Pascua verdaderamente ha sido un tiempo de gran gozo con la bienvenida a los nuevos miembros de nuestra Iglesia en la Vigilia Pascual, y los Bautismos de los bebés, la Primera Comunión de niños y la Confirmación de los niños, jóvenes y adultos. Con la oración, ayuno y limosna de la Cuaresma, hemos pasado 90 días de preparación para la celebración de la Resurrección de Jesús y el don de Su Espíritu que nos sostiene a lo largo de otro año de seguir al Señor en nuestras vidas diarias. En esta gran fiesta de Pentecostés, pido en oración para que podamos seguir permitiendo que los dones y frutos del Espíritu Santo ¡abunden en nuestras vidas!

Ascensión

El segundo misterio glorioso del Rosario es el misterio de la Ascensión de nuestro Señor, que celebramos hoy en este séptimo domingo del tiempo pascual.
La virtud por la que rezamos al meditar en este misterio es la esperanza.
La esperanza es la virtud que nos permite confiar en el amor y el cuidado de Dios hacia nosotros, especialmente en los momentos que estamos tentados a desanimarnos, dudar o incluso desesperanzados de Su presencia en nuestras vidas.
La esperanza es la virtud que nos permite buscar Su misericordia y perdón, incluso cuando caemos en el mismo pecado una y otra vez.
La esperanza es la virtud que nos permite creer que los que luchamos contra las adicciones, de alguna manera, estaremos abiertos a la asombrosa gracia de Dios que rompe el ciclo del comportamiento autodestructivo.
En su carta a los Romanos, San Pablo nos enseña que “Estamos salvados, pero todo es esperanza” (Romanos 8:24).
Que la esperanza, que es el don de Dios para nosotros en nuestro Bautismo, nos sostenga ahora y siempre.

Día de las Madres

Los misterios del Rosario dirigen nuestra atención a eventos de la vida de Jesús – pero, ¿cuántas veces también nos animan a reflexionar sobre la presencia de María en los momentos de su vida? Ella estuvo presente en tiempos de admiración y esperanza (misterios Gozosos), y en la obra de su vida de cumplir a plenitud el plan de Su Padre Celestial (misterios Luminosos). Estuvo con Él en Sus sufrimientos (misterios Dolorosos) y en su victoria final y ahora Su felicidad eterna (misterios Gloriosos). Cada madre da vida y comparte las esperanzas de sus hijos. Cada madre anhela que sus hijos conozcan y cumplan el plan de Dios en sus vidas, y sufren con las penas de sus hijos. Cada madre e hijo rezan para estar por siempre juntos en el reino celestial de Dios, gozar de la vida eterna y la paz. Recemos hoy por nuestras madres – vivas y fallecidas – quienes han compartido en nuestras vidas, el mismo amor maternal ¡que María ha derramado de su corazón sobre su amado hijo Jesús

Mayo: Mes de María

Cada año, el mes de mayo nos ofrece otra oportunidad de renovar nuestra devoción a María, Madre de Dios y Madre nuestra. Para algunos, la devoción a la Santísima Virgen es una parte importante de la vida espiritual diaria. Para otros, no es un aspecto muy significativo. Para otros más, la devoción Mariana es un recuerdo afectuoso, pero raramente practicado. A modo de sugerencia, les ofrezco una lista para la oración, reflexión y devoción de nuestra tradición espiritual para renovarla en el mes de mayo:

  • el Santo Rosario
  • el Angelus y Regina Coeli
  • la Medalla Milagrosa
  • las Letanías de la Santísima Virgen María
  • la devoción de los Siete Dolores
  • la novena a Nuestra Señora Desatadora de Nudos
  • Apariciones: Guadalupe, Lourdes, Fátima, etc.
  • Peregrinación a los Santuarios: Washington, DC, y Emmitsburg, MD.

Pido para que cada uno de nosotros, a nuestro modo, renovemos (o re-iniciemos) ¡una profunda devoción a María en el mes de mayo!

Domingo de el Buen Pastor

Cada año en el cuarto domingo de Pascua, escuchamos la proclamación del evangelio de Juan en el que Jesús se describe a sí mismo como el Buen Pastor. Este pasaje llega a nuestros corazones de manera especial como miembros de una parroquia que lleva el nombre de El Buen Pastor. Éste domingo, les pido de manera especial que recen por el Papa Francisco, el Obispo Burbidge, por mí y todos los obispos y sacerdotes de nuestra Iglesia que anhelan ser buenos pastores. Dando un ejemplo de humildad, buscamos promover el mensaje que nuestra Iglesia y el mundo necesita escuchar. Tratando de vivir de manera sencilla, nos deleitamos en las alegrías comunes de la vida diaria. Y al proclamar la bondad y misericordia de Dios, intentamos indicar el camino que conducirá a la vida eterna. Recemos para que Dios bendiga a los líderes de nuestra Iglesia, especialmente a todos los obispos y sacerdotes, ¡para que seamos Buenos Pastores del pueblo que Dios nos ha confiado!

Domingo de la Divina Misericordia

San Juan Pablo II ha sido nombrado el “Papa de la Divina Misericordia” porque fue él quien estableció la celebración del Domingo de la Divina Misericordia, y promovió el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia. San Juan Pablo II también canonizó a Santa Faustina, gran apóstol de la Divina Misericordia del siglo 20. Muchos identificaron a la misericordia como uno de los temas más importantes de la prédica del Papa Francisco. Él, nos invita a experimentar la misericordia de Dios en el sacramento de la Reconciliación y a compartirla especialmente con los pobres o los que viven en las “periferias” de la iglesia o de la sociedad. Hoy, celebramos el segundo domingo de Pascua como el Domingo de la Divina Misericordia. Así como Jesús se reconcilió con Tomás y lo envió a él y a los demás por el mundo, llenos del don de Su paz, que nosotros también seamos agradecidos por el sacramento de la Reconciliación – fuente de misericordia de Dios – y compartir su misericordia y paz con los que nos encontramos cada día.

Hora Santa por el Domingo de la Divina Misericordia

domingo, 16 de abril, 3pm. ¡Todos invitados!

La Tumba Vacía

En la mañana de Pascua, el evangelio cuenta la historia del descubrimiento de una tumba vacía y no de la aparición del Señor Resucitado.

El evangelio relata que el Discípulo a quien Jesús amaba, descubrió Su tumba vacía, y ante este descubrimiento, “Él vio y creyó” (Juan 20:8).

Lo que debería haber sido un motivo de dolor o miedo fue en realidad una ocasión para la fe, una fe que nosotros también tenemos la bendición de compartir.

A medida que nos acercamos una vez más al Domingo de Pascua este año, mi oración es que si hay algún lugar vacío en nuestras vidas, que ese lugar no se llene de preocupación o miedo, ira o ansiedad, tristeza o dolor.

Más bien, que los lugares vacíos se llenen del amor, la alegría, la paz y el consuelo que son los dones del Señor Resucitado, dones que Él comparte con nosotros directamente, y también por medio de la bondad y el cuidado de los somos miembros de la Iglesia, su presencia viva en medio de nuestro mundo de hoy.

¡Felices Pascuas a todos … y que la paz del Señor Resucitado esté con todos ustedes!

Imágenes de lo Celestial
Domingo de Ramos: Cómo Olvidamos Tan Rápido

Cada Domingo de Ramos, escuchamos dos lecturas del evangelio: la primera, sobre la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén; la segunda, Su Pasión y muerte en la Cruz.

Estos dos eventos suceden solamente en el transcurso de cinco días… el domingo, la
multitud aclama a Jesús el rey; el viernes, la misma gente grita: “¡Crucifícalo!”

Qué rápido olvida uno su alabanza para pronto expresar su condena.

A veces también, olvidamos fácilmente las bondades de Dios y regresamos a nuestros hábitos pecaminosos … poco después de la Confesión ya estamos criticando o juzgando a los demás; poco después de recibir la Sagrada Comunión nos enojamos o impacientamos con algún familiar o feligrés en el parqueo. Al iniciar hoy la Semana Santa, recemos para que siempre recordemos las bondades recibidas de Dios, reveladas en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, y recemos para que nuestra memoria genere un espíritu de gratitud a Dios, y ¡un espíritu de paciencia y amor a nuestro prójimo!

Semana 5: Y Jesús Lloró

Se ha dicho que Juan 11:35 es uno de los versículos más cortos de toda la Biblia.Brevemente, declara: “Y Jesús lloró.” El contexto es la llegada de Jesús a la tumba de su amigo Lázaro. Jesús, como nosotros en todas las cosas excepto el pecado, se conmueve y responde de una manera típica en momentos de pérdida. Jesús lloró. Nos haría muy bien en reflexionar sobre la imágen que describe y el  mensaje proclamado en esas palabras. Jesús experimentó tristeza y dolor al darse cuenta de la inminente partida física de Su querido amigo. También sintió compasión con la pérdida de Marta y María quienes lamentaron la muerte de su hermano. La resurrección de Lázaro es uno de los mayores signos de la divinidad de Jesús registrada en el evangelio de Juan. Sin embargo, antes que Él revelara la gloria de Su divinidad, Jesús reveló la gloria de Su humanidad cuando pudo ser capáz de compartir una de las experiencias más tristes.
Y Jesús lloró.

Semana 4: Una Nueva Visión

Muy a menudo en nuestra oración, nos puede venir a la mente las letras de canciones conocidas y

estas inspiraciones nos conectan a la sabiduría de San Agustín, quien enseñó que “cantar es orar dos veces.”

Al reflexionar sobre el don de la vista que Jesús dio al ciego de nacimiento, recuerdo la canción (en inglés) “Abre mis ojos.”

Esta canción es una oración: “Ábreme los ojos, Señor, ayúdame a ver tu rostro. Abre mis ojos Señor, ayúdame a ver.”

Tómese un tiempo esta semana para escuchar esta canción. (Se puede encontrar en YouTube o en otras fuentes en Internet).

Que nunca demos por hecho, sino que siempre estemos agradecidos por el don de la vista.

Juntos, pidamos a Dios que abra nuestros ojos para ver Su belleza, Su verdad, Su amor en el mundo que nos rodea, en las relaciones de amor con familiares y amigos, en las palabras de las Escrituras, en nuestra oración personal y en los sacramentos, especialmente el de la Reconciliación y la Eucaristía.

Semana 3: Llamados a la conversión… y comunidad

El encuentro de Jesús con la mujer samaritana – tradicionalmente el centro de nuestra atención el tercer domingo de Cuaresma – es un maravilloso relato de la conversión de una mujer.

La mujer samaritana llega progresivamente a un conocimiento más profundo de Jesús, identificándolo primero como judío, luego como profeta, luego como Mesías y finalmente como ¡Salvador del mundo!

La mujer samaritana es también un ejemplo de cómo la comunidad es parte integral de la existencia humana.

Ella se encuentra con Jesús por primera vez cuando está sola, rechazada y aislada de sus compañeros… ¿por qué otra razón estaría sacando agua del pozo en el calor del mediodía, cuando otros habrían estado en el pozo en un momento más fresco del día?

Esta mujer y Jesús forman una amistad comunal entre ambos, superando las barreras de género, nacionalidad y religión.

Finalmente, la veracidad del testimonio de la mujer gana la credibilidad y aceptación de sus conciudadanos, quienes reconocen que vinieron a ver a Jesús por primera vez por su palabra.

Conversión y comunidad… elementos esenciales de la experiencia de Cuaresma.

Semana 2: La Transfiguración

Cada año, el misterio de la Transfiguración de Jesús es el tema de nuestra oración y meditación del 2º Domingo de Cuaresma.

Luego de que Jesús predijera Su pasión y muerte, fue a una montaña con Pedro, Santiago y Juan donde experimentaron una visión de Jesús apareciendo en la gloria con Moisés y Elías. En Su Transfiguración, Jesús reveló lo que yo llamaría un “anticipo” ¡de la gloria de la resurrección!

Aunque a veces la Cuaresma parezca un tiempo de sacrificio y auto-negación, la oración, el ayuno y la limosna, también
son prácticas espirituales que abren nuestros corazones y nos permite ver con los ojos de la fe un pedacito de la gloria de Dios en nuestras vidas.

Que siempre podamos ver la gloria de Dios en el mundo a nuestro alrededor, en el amor que compartimos con los amigos y familiares, en las oportunidades que Jesús nos da de servir al prójimo, y en nuestra oración, especialmente cuando reconocemos Su presencia ¡en el don de Su Cuerpo y Sangre en la Eucaristía!

Semana 1: Tentación

Preferiríamos mucho más no insistir en la realidad del mal y más aún en la realidad del Maligno, sin embargo, cada año, el primer domingo de Cuaresma, reflexionamos sobre cómo Jesús fue tentado por el diable en el desierto.

También nosotros somos tentados diariamente por muchas de las mismas tentaciones de Jesús: comodidad física y/o placer, poder/control, prestigio/estatus.

Jesús pudo resistir las tentaciones del diablo, porque era Dios, pero también porque en su humanidad sabía en su mente y en su corazón que no estaba sólo en la lucha contra el mal.

Jesús bien sabía de la presencia del Padre, del Espíritu y de los ángeles que lo protegían en su vida.

Para resistir cualquier tentación que experimentemos, también nosotros debemos recordar que nunca estamos solos en esta vida.

Estamos invitados a tener una relación con Dios donde seamos conscientes de su presencia en nuestras vidas en cada momento.

También estamos invitados a recordar la presencia de ángeles y de los santos que siempre interceden por nosotros.

Finalmente, estamos invitados a superar el aislamiento que nos hace más vulnerables a la tentación y no buscar el contacto humano que necesitamos de los unos a otros.

La clave para resistir la tentación en nuestro camino hacia la Pascua, es tener siempre presente de que somos miembros de la comunión de los santos, ¡en este mundo y en el venidero!

Introducción

Hermanos y hermanas: hemos estado en las tinieblas, pero ahora somos luz en el Señor. Vivamos como hijos de la luz, porque la luz produce todo tipo de bondad, justicia y verdad.

Al prepararos para el tiempo de los 40 días de Cuaresma, estamos llamados a contemplar cómo podemos acompañar a Jesús en Su camino hacia Su pasión, muerte y resurrección por medio de nuestra oración, ayuno y limosna.

Para la Cuaresma hemos elegido el tema “Vivamos como hijos de la luz” de la carta de San Pablo a los Efesios, que escucharemos el 4º domingo de Cuaresma, esta frase es un llamado a la acción como también un recordatorio de poner nuestra confianza en Jesús, quien es “la luz del mundo.”

Aquí en El Buen Pastor, tenemos la bendición de contar con muchas oportunidades en la Cuaresma para la oración, el ayuno y limosna mediante la participación en la Misa diaria, la Adoración Eucarística, la confesión, el retiro parroquial, las colectas de alimentos, la Petición Cuaresmal del Obispo y más. También queremos brindar un nuevo recurso semanal para enriquecer nuestra Cuaresma con verdad, belleza y bondad.

Esta Cuaresma, les presentamos la serie “Imágenes de lo Celestial”. Cada semana, publicaremos una reflexión sobre el evangelio del domingo que incluirá una acción para la semana, acompañado de una obra de arte. La reflexión permitirá una comprensión más profunda del evangelio y meditarlo con una imagen concreta, nos permitirá llevarlo en nuestros corazones y mentes al vivir el evangelio por medio de nuestra oración y acción en nuestro día a día.

¡Espero que esta combinación de arte y reflexión espiritual nos acerque más a Jesús al procurar vivir como hijos de la luz! Encuentre nuestra primera publicación de “Imágenes de lo Celestial” la próxima semana en nuestro correo electrónico semanal, sitio web, aplicación y redes sociales.

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