Imágenes de lo Celestial
Corpus Christi
En la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Fiesta de Corpus Christi, recordamos que en el Sacrificio de la Santa Misa, el poder salvador de la muerte y resurrección de Jesús se hace presente en el ofrecimiento y consagración del pan y el vino. Estos dones que son ahora el Cuerpo y la Sangre de Cristo, lo recibimos en nuestra Sagrada Comunión, lo que nos hace uno con el Señor Resucitado y con los demás como miembros del Cuerpo de Cristo. Nuestra comunión con el Señor y la capacidad de servir a los demás se enriquece con nuestra oración en privado y con los demás en Presencia de Nuestro Señor en la Adoración Eucarística.
Les invito a acompañarnos aquí en El Buen Pastor:
• de lunes a viernes de 8 – 9am;
• de lunes a viernes de 6 – 7pm;
• cada primer viernes del mes de 6 – 7pm;
• y dondequiera que la iglesia esté abierta de mañana hasta la noche para visitas al Santísimo Sacramento. En nuestra oración en la presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento, hermanos y hermanas, ¡Venid y adoremos!

Domingo de Trinidad
Puede ser mejor para todos nosotros, ahora y siempre, reconocer que el misterio de la Santísima Trinidad que celebramos hoy es solo eso: un misterio.
Hasta que veamos a Dios frente a frente, nunca entenderemos completamente cómo Un Dios puede ser al mismo tiempo Tres Personas.
Mientras tanto, podemos detenernos y consideremos cómo profesamos este misterio con tanta frecuencia, incluso sin comprenderlo por completo.
Todos los domingos hacemos una profesión de fe que expresa la creencia en un solo Dios, que es el Padre Todopoderoso; Jesucristo Su único Hijo; y el Espíritu Santo.
Cuando venimos a la iglesia, nos bendecimos con Agua Bendita y recordamos nuestro Bautismo… en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Y cada vez que hacemos la Señal de la Cruz, también estamos haciendo una profesión de fe en este sublime misterio… ¡si tan solo nos detuviéramos, recordemos y oremos sobre lo que estamos haciendo!
Amigos… ¡que Dios todopoderoso los bendiga, en el nomre del Padre del Hijo y el Espíritu Santo!


Pentecostés
Nuestra celebración de Pentecostés recuerda el inicio de la vida de la Iglesa con el descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles – y por medio de su ministerio – sobre todos los discípulos del Señor Resucitado. Con nuestra celebración de Pentecostés, también marcamos el final del tiempo de Pascua y el regreso del Tiempo Ordinario. Esta Pascua verdaderamente ha sido un tiempo de gran gozo con la bienvenida a los nuevos miembros de nuestra Iglesia en la Vigilia Pascual, y los Bautismos de los bebés, la Primera Comunión de niños y la Confirmación de los niños, jóvenes y adultos. Con la oración, ayuno y limosna de la Cuaresma, hemos pasado 90 días de preparación para la celebración de la Resurrección de Jesús y el don de Su Espíritu que nos sostiene a lo largo de otro año de seguir al Señor en nuestras vidas diarias. En esta gran fiesta de Pentecostés, pido en oración para que podamos seguir permitiendo que los dones y frutos del Espíritu Santo ¡abunden en nuestras vidas!
Ascensión
El segundo misterio glorioso del Rosario es el misterio de la Ascensión de nuestro Señor, que celebramos hoy en este séptimo domingo del tiempo pascual.
La virtud por la que rezamos al meditar en este misterio es la esperanza.
La esperanza es la virtud que nos permite confiar en el amor y el cuidado de Dios hacia nosotros, especialmente en los momentos que estamos tentados a desanimarnos, dudar o incluso desesperanzados de Su presencia en nuestras vidas.
La esperanza es la virtud que nos permite buscar Su misericordia y perdón, incluso cuando caemos en el mismo pecado una y otra vez.
La esperanza es la virtud que nos permite creer que los que luchamos contra las adicciones, de alguna manera, estaremos abiertos a la asombrosa gracia de Dios que rompe el ciclo del comportamiento autodestructivo.
En su carta a los Romanos, San Pablo nos enseña que “Estamos salvados, pero todo es esperanza” (Romanos 8:24).
Que la esperanza, que es el don de Dios para nosotros en nuestro Bautismo, nos sostenga ahora y siempre.


Día de las Madres
Los misterios del Rosario dirigen nuestra atención a eventos de la vida de Jesús – pero, ¿cuántas veces también nos animan a reflexionar sobre la presencia de María en los momentos de su vida? Ella estuvo presente en tiempos de admiración y esperanza (misterios Gozosos), y en la obra de su vida de cumplir a plenitud el plan de Su Padre Celestial (misterios Luminosos). Estuvo con Él en Sus sufrimientos (misterios Dolorosos) y en su victoria final y ahora Su felicidad eterna (misterios Gloriosos). Cada madre da vida y comparte las esperanzas de sus hijos. Cada madre anhela que sus hijos conozcan y cumplan el plan de Dios en sus vidas, y sufren con las penas de sus hijos. Cada madre e hijo rezan para estar por siempre juntos en el reino celestial de Dios, gozar de la vida eterna y la paz. Recemos hoy por nuestras madres – vivas y fallecidas – quienes han compartido en nuestras vidas, el mismo amor maternal ¡que María ha derramado de su corazón sobre su amado hijo Jesús
Mayo: Mes de María
Cada año, el mes de mayo nos ofrece otra oportunidad de renovar nuestra devoción a María, Madre de Dios y Madre nuestra. Para algunos, la devoción a la Santísima Virgen es una parte importante de la vida espiritual diaria. Para otros, no es un aspecto muy significativo. Para otros más, la devoción Mariana es un recuerdo afectuoso, pero raramente practicado. A modo de sugerencia, les ofrezco una lista para la oración, reflexión y devoción de nuestra tradición espiritual para renovarla en el mes de mayo:
- el Santo Rosario
- el Angelus y Regina Coeli
- la Medalla Milagrosa
- las Letanías de la Santísima Virgen María
- la devoción de los Siete Dolores
- la novena a Nuestra Señora Desatadora de Nudos
- Apariciones: Guadalupe, Lourdes, Fátima, etc.
- Peregrinación a los Santuarios: Washington, DC, y Emmitsburg, MD.
Pido para que cada uno de nosotros, a nuestro modo, renovemos (o re-iniciemos) ¡una profunda devoción a María en el mes de mayo!




Domingo de el Buen Pastor
Cada año en el cuarto domingo de Pascua, escuchamos la proclamación del evangelio de Juan en el que Jesús se describe a sí mismo como el Buen Pastor. Este pasaje llega a nuestros corazones de manera especial como miembros de una parroquia que lleva el nombre de El Buen Pastor. Éste domingo, les pido de manera especial que recen por el Papa Francisco, el Obispo Burbidge, por mí y todos los obispos y sacerdotes de nuestra Iglesia que anhelan ser buenos pastores. Dando un ejemplo de humildad, buscamos promover el mensaje que nuestra Iglesia y el mundo necesita escuchar. Tratando de vivir de manera sencilla, nos deleitamos en las alegrías comunes de la vida diaria. Y al proclamar la bondad y misericordia de Dios, intentamos indicar el camino que conducirá a la vida eterna. Recemos para que Dios bendiga a los líderes de nuestra Iglesia, especialmente a todos los obispos y sacerdotes, ¡para que seamos Buenos Pastores del pueblo que Dios nos ha confiado!
Domingo de la Divina Misericordia
San Juan Pablo II ha sido nombrado el “Papa de la Divina Misericordia” porque fue él quien estableció la celebración del Domingo de la Divina Misericordia, y promovió el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia. San Juan Pablo II también canonizó a Santa Faustina, gran apóstol de la Divina Misericordia del siglo 20. Muchos identificaron a la misericordia como uno de los temas más importantes de la prédica del Papa Francisco. Él, nos invita a experimentar la misericordia de Dios en el sacramento de la Reconciliación y a compartirla especialmente con los pobres o los que viven en las “periferias” de la iglesia o de la sociedad. Hoy, celebramos el segundo domingo de Pascua como el Domingo de la Divina Misericordia. Así como Jesús se reconcilió con Tomás y lo envió a él y a los demás por el mundo, llenos del don de Su paz, que nosotros también seamos agradecidos por el sacramento de la Reconciliación – fuente de misericordia de Dios – y compartir su misericordia y paz con los que nos encontramos cada día.
Hora Santa por el Domingo de la Divina Misericordia
domingo, 16 de abril, 3pm. ¡Todos invitados!


La Tumba Vacía
En la mañana de Pascua, el evangelio cuenta la historia del descubrimiento de una tumba vacía y no de la aparición del Señor Resucitado.
El evangelio relata que el Discípulo a quien Jesús amaba, descubrió Su tumba vacía, y ante este descubrimiento, “Él vio y creyó” (Juan 20:8).
Lo que debería haber sido un motivo de dolor o miedo fue en realidad una ocasión para la fe, una fe que nosotros también tenemos la bendición de compartir.
A medida que nos acercamos una vez más al Domingo de Pascua este año, mi oración es que si hay algún lugar vacío en nuestras vidas, que ese lugar no se llene de preocupación o miedo, ira o ansiedad, tristeza o dolor.
Más bien, que los lugares vacíos se llenen del amor, la alegría, la paz y el consuelo que son los dones del Señor Resucitado, dones que Él comparte con nosotros directamente, y también por medio de la bondad y el cuidado de los somos miembros de la Iglesia, su presencia viva en medio de nuestro mundo de hoy.
¡Felices Pascuas a todos … y que la paz del Señor Resucitado esté con todos ustedes!
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Domingo de Ramos: Cómo Olvidamos Tan Rápido
Cada Domingo de Ramos, escuchamos dos lecturas del evangelio: la primera, sobre la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén; la segunda, Su Pasión y muerte en la Cruz.
Estos dos eventos suceden solamente en el transcurso de cinco días… el domingo, la
multitud aclama a Jesús el rey; el viernes, la misma gente grita: “¡Crucifícalo!”
Qué rápido olvida uno su alabanza para pronto expresar su condena.
A veces también, olvidamos fácilmente las bondades de Dios y regresamos a nuestros hábitos pecaminosos … poco después de la Confesión ya estamos criticando o juzgando a los demás; poco después de recibir la Sagrada Comunión nos enojamos o impacientamos con algún familiar o feligrés en el parqueo. Al iniciar hoy la Semana Santa, recemos para que siempre recordemos las bondades recibidas de Dios, reveladas en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, y recemos para que nuestra memoria genere un espíritu de gratitud a Dios, y ¡un espíritu de paciencia y amor a nuestro prójimo!



Semana 5: Y Jesús Lloró
Se ha dicho que Juan 11:35 es uno de los versículos más cortos de toda la Biblia.Brevemente, declara: “Y Jesús lloró.” El contexto es la llegada de Jesús a la tumba de su amigo Lázaro. Jesús, como nosotros en todas las cosas excepto el pecado, se conmueve y responde de una manera típica en momentos de pérdida. Jesús lloró. Nos haría muy bien en reflexionar sobre la imágen que describe y el mensaje proclamado en esas palabras. Jesús experimentó tristeza y dolor al darse cuenta de la inminente partida física de Su querido amigo. También sintió compasión con la pérdida de Marta y María quienes lamentaron la muerte de su hermano. La resurrección de Lázaro es uno de los mayores signos de la divinidad de Jesús registrada en el evangelio de Juan. Sin embargo, antes que Él revelara la gloria de Su divinidad, Jesús reveló la gloria de Su humanidad cuando pudo ser capáz de compartir una de las experiencias más tristes.
Y Jesús lloró.
Semana 4: Una Nueva Visión
Muy a menudo en nuestra oración, nos puede venir a la mente las letras de canciones conocidas y
estas inspiraciones nos conectan a la sabiduría de San Agustín, quien enseñó que “cantar es orar dos veces.”
Al reflexionar sobre el don de la vista que Jesús dio al ciego de nacimiento, recuerdo la canción (en inglés) “Abre mis ojos.”
Esta canción es una oración: “Ábreme los ojos, Señor, ayúdame a ver tu rostro. Abre mis ojos Señor, ayúdame a ver.”
Tómese un tiempo esta semana para escuchar esta canción. (Se puede encontrar en YouTube o en otras fuentes en Internet).

Que nunca demos por hecho, sino que siempre estemos agradecidos por el don de la vista.
Juntos, pidamos a Dios que abra nuestros ojos para ver Su belleza, Su verdad, Su amor en el mundo que nos rodea, en las relaciones de amor con familiares y amigos, en las palabras de las Escrituras, en nuestra oración personal y en los sacramentos, especialmente el de la Reconciliación y la Eucaristía.
Semana 3: Llamados a la conversión… y comunidad

El encuentro de Jesús con la mujer samaritana – tradicionalmente el centro de nuestra atención el tercer domingo de Cuaresma – es un maravilloso relato de la conversión de una mujer.
La mujer samaritana llega progresivamente a un conocimiento más profundo de Jesús, identificándolo primero como judío, luego como profeta, luego como Mesías y finalmente como ¡Salvador del mundo!
La mujer samaritana es también un ejemplo de cómo la comunidad es parte integral de la existencia humana.
Ella se encuentra con Jesús por primera vez cuando está sola, rechazada y aislada de sus compañeros… ¿por qué otra razón estaría sacando agua del pozo en el calor del mediodía, cuando otros habrían estado en el pozo en un momento más fresco del día?
Esta mujer y Jesús forman una amistad comunal entre ambos, superando las barreras de género, nacionalidad y religión.
Finalmente, la veracidad del testimonio de la mujer gana la credibilidad y aceptación de sus conciudadanos, quienes reconocen que vinieron a ver a Jesús por primera vez por su palabra.
Conversión y comunidad… elementos esenciales de la experiencia de Cuaresma.
Semana 2: La Transfiguración
Cada año, el misterio de la Transfiguración de Jesús es el tema de nuestra oración y meditación del 2º Domingo de Cuaresma.
Luego de que Jesús predijera Su pasión y muerte, fue a una montaña con Pedro, Santiago y Juan donde experimentaron una visión de Jesús apareciendo en la gloria con Moisés y Elías. En Su Transfiguración, Jesús reveló lo que yo llamaría un “anticipo” ¡de la gloria de la resurrección!
Aunque a veces la Cuaresma parezca un tiempo de sacrificio y auto-negación, la oración, el ayuno y la limosna, también
son prácticas espirituales que abren nuestros corazones y nos permite ver con los ojos de la fe un pedacito de la gloria de Dios en nuestras vidas.
Que siempre podamos ver la gloria de Dios en el mundo a nuestro alrededor, en el amor que compartimos con los amigos y familiares, en las oportunidades que Jesús nos da de servir al prójimo, y en nuestra oración, especialmente cuando reconocemos Su presencia ¡en el don de Su Cuerpo y Sangre en la Eucaristía!

Semana 1: Tentación

Preferiríamos mucho más no insistir en la realidad del mal y más aún en la realidad del Maligno, sin embargo, cada año, el primer domingo de Cuaresma, reflexionamos sobre cómo Jesús fue tentado por el diable en el desierto.
También nosotros somos tentados diariamente por muchas de las mismas tentaciones de Jesús: comodidad física y/o placer, poder/control, prestigio/estatus.
Jesús pudo resistir las tentaciones del diablo, porque era Dios, pero también porque en su humanidad sabía en su mente y en su corazón que no estaba sólo en la lucha contra el mal.
Jesús bien sabía de la presencia del Padre, del Espíritu y de los ángeles que lo protegían en su vida.
Para resistir cualquier tentación que experimentemos, también nosotros debemos recordar que nunca estamos solos en esta vida.
Estamos invitados a tener una relación con Dios donde seamos conscientes de su presencia en nuestras vidas en cada momento.
También estamos invitados a recordar la presencia de ángeles y de los santos que siempre interceden por nosotros.
Finalmente, estamos invitados a superar el aislamiento que nos hace más vulnerables a la tentación y no buscar el contacto humano que necesitamos de los unos a otros.
La clave para resistir la tentación en nuestro camino hacia la Pascua, es tener siempre presente de que somos miembros de la comunión de los santos, ¡en este mundo y en el venidero!
Introducción
Hermanos y hermanas: hemos estado en las tinieblas, pero ahora somos luz en el Señor. Vivamos como hijos de la luz, porque la luz produce todo tipo de bondad, justicia y verdad.
Al prepararos para el tiempo de los 40 días de Cuaresma, estamos llamados a contemplar cómo podemos acompañar a Jesús en Su camino hacia Su pasión, muerte y resurrección por medio de nuestra oración, ayuno y limosna.

Para la Cuaresma hemos elegido el tema “Vivamos como hijos de la luz” de la carta de San Pablo a los Efesios, que escucharemos el 4º domingo de Cuaresma, esta frase es un llamado a la acción como también un recordatorio de poner nuestra confianza en Jesús, quien es “la luz del mundo.”
Aquí en El Buen Pastor, tenemos la bendición de contar con muchas oportunidades en la Cuaresma para la oración, el ayuno y limosna mediante la participación en la Misa diaria, la Adoración Eucarística, la confesión, el retiro parroquial, las colectas de alimentos, la Petición Cuaresmal del Obispo y más. También queremos brindar un nuevo recurso semanal para enriquecer nuestra Cuaresma con verdad, belleza y bondad.
Esta Cuaresma, les presentamos la serie “Imágenes de lo Celestial”. Cada semana, publicaremos una reflexión sobre el evangelio del domingo que incluirá una acción para la semana, acompañado de una obra de arte. La reflexión permitirá una comprensión más profunda del evangelio y meditarlo con una imagen concreta, nos permitirá llevarlo en nuestros corazones y mentes al vivir el evangelio por medio de nuestra oración y acción en nuestro día a día.
¡Espero que esta combinación de arte y reflexión espiritual nos acerque más a Jesús al procurar vivir como hijos de la luz! Encuentre nuestra primera publicación de “Imágenes de lo Celestial” la próxima semana en nuestro correo electrónico semanal, sitio web, aplicación y redes sociales.