Miguel DeAngel
El tema de la procesión de Corpus Christi de éste año fue "Las Obras Corporales de Misericordia." (La procesión fue celebrada el 29 de mayo, Día de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.) Esta entrada del blog es una de las reflexiones de la procesión de éste año.
Visitar a los encarcelados
No muchos de nosotros hemos visitado a personas encarceladas. Pero los hombres y mujeres que hacen este acto de misericordia están haciendo un trabajo especial en la Iglesia. El apostolado de traer la misericordia de Cristo a las prisiones ya sea a través de una simple visita o bien por medio de los Sacramentos a los encarcelados es una forma en que la misericordia de Cristo llega el corazón de todos. La dignidad inherente de cada persona no disminuye incluso si cometemos los peores crímenes. La misericordia de Dios continua buscándonos.
La misericordia de Dios se extiende a cada rincón de nuestra vida humana, incluso hasta en los corazones mas duros y en las prisiones más oscuras. El amor de Dios está constantemente llamándonos a recibirlo desde lo más profundo de la prisión que es el pecado. Ya sea que estés encarcelado dentro de una fortaleza física, encarcelado en tu propia casa por enfermedad o falta de movilidad física, por “encarcelamiento” mental, o porque seas prisionero de excesos, adicciones o pecado, Dios está tratando de alcanzarte allí, en donde tú estás y quiere que lo recibas.
En ningún lugar es esto más real que el encuentro con el Santísimo Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo. El regalo de Jesús de la eucaristía lo pone a Él en medio de nuestra oscuridad de cada día. A través de su Santísimo Cuerpo y Sangre, El nos redime con su luz y esperanza.
Aplicación en nuestra vida
Cada uno de nosotros participa en la misericordia de Cristo. Estamos llamados a participar de los Sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación como medios de recibir su gracia y su misericordia. Pero también estamos llamados a SER su misericordia para otros. Una vez conocemos su misericordia, Jesús nos llama a mostrar la misericordia de Dios a nuestro prójimo.
Hay oportunidades de visitar a los encarcelados en nuestra Diócesis; oportunidades de visitar nuestras cárceles y a aquellos encarcelados en sus propios hogares por incapacidad física, impedimento mental o inseguridad económica.
Roguemos al Señor:
Visitar a los encarcelados
No muchos de nosotros hemos visitado a personas encarceladas. Pero los hombres y mujeres que hacen este acto de misericordia están haciendo un trabajo especial en la Iglesia. El apostolado de traer la misericordia de Cristo a las prisiones ya sea a través de una simple visita o bien por medio de los Sacramentos a los encarcelados es una forma en que la misericordia de Cristo llega el corazón de todos. La dignidad inherente de cada persona no disminuye incluso si cometemos los peores crímenes. La misericordia de Dios continua buscándonos.
La misericordia de Dios se extiende a cada rincón de nuestra vida humana, incluso hasta en los corazones mas duros y en las prisiones más oscuras. El amor de Dios está constantemente llamándonos a recibirlo desde lo más profundo de la prisión que es el pecado. Ya sea que estés encarcelado dentro de una fortaleza física, encarcelado en tu propia casa por enfermedad o falta de movilidad física, por “encarcelamiento” mental, o porque seas prisionero de excesos, adicciones o pecado, Dios está tratando de alcanzarte allí, en donde tú estás y quiere que lo recibas.
En ningún lugar es esto más real que el encuentro con el Santísimo Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo. El regalo de Jesús de la eucaristía lo pone a Él en medio de nuestra oscuridad de cada día. A través de su Santísimo Cuerpo y Sangre, El nos redime con su luz y esperanza.
Aplicación en nuestra vida
Cada uno de nosotros participa en la misericordia de Cristo. Estamos llamados a participar de los Sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación como medios de recibir su gracia y su misericordia. Pero también estamos llamados a SER su misericordia para otros. Una vez conocemos su misericordia, Jesús nos llama a mostrar la misericordia de Dios a nuestro prójimo.
Hay oportunidades de visitar a los encarcelados en nuestra Diócesis; oportunidades de visitar nuestras cárceles y a aquellos encarcelados en sus propios hogares por incapacidad física, impedimento mental o inseguridad económica.
Roguemos al Señor:
- Que tu corazón esté abierto a ver las prisiones de nuestro prójimo así como las nuestras. Roguemos al Señor.
- Que podamos conocer los actos de Misericordia de Dios en nuestras propias prisiones de odio, adicción y pecado.
- Que la compasión de Cristo nos mueva por aquellos que se encuentran a si mismos en prisiones visibles e invisibles.
- Que podamos conocer el amor y misericordia de Dios, que la compartamos con otros.