Diácono Tom White
El tema de la procesión de Corpus Christi de éste año fue "Las Obras Corporales de Misericordia." (La procesión fue celebrada el 29 de mayo, Día de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.) Esta entrada del blog es una de las reflexiones de la procesión de éste año.
Señor, cuando nuestros primeros padres --Adán y Eva—pecaron contra ti, la enfermedad de mente, cuerpo, y espíritu entró en tu perfecta creación. A través de tu Hijo, Jesús entró a ese mismo mundo a destruir el poder de la muerte y proveernos comida divina para alimentar nuestros cuerpos y almas. En ese mismo amor desbordado, tu Hijo nos encomendó a aquellos que lo amamos, ámense los unos a los otros.
Una expresión de ese amor es la misericordia y en ese amor misericordioso, recibimos el poder de ser ministros de nuestros hermanos y hermanas que están enfermos de mente, cuerpo, y espíritu. Estamos llamados a consolar, a ser compasivos, y a amar a aquellos que están sufriendo con enfermedades físicas y mentales. Estamos llamados a ser discípulos del Cuerpo de Cristo para compartir la Buena Nueva de su amor y perdón por aquellos enfermos en el espíritu.
En esta celebración de Corpus Cristi, proclamamos al mundo la Verdadera Presencia de Jesucristo en la Santísima Eucaristía. También proclamamos que el mismo Jesús vive dentro de cada uno de nosotros los bautizados que ahora somos el cuerpo de Cristo, la Iglesia. En la Santísima Eucaristía, el cuerpo, sangre, alma, y divinidad de Jesucristo, a quien llevamos en procesión en esta custodia. Como hemos comido a nuestro Señor en la Eucaristía, lo traemos a nuestro mundo todos los días—somos custodias vivientes radiando el amor de nuestro Señor a todos los que necesitan recibir la misericordia de nuestro Señor a través de nosotros. Permitamos que el fuego del amor de Dios nos purifique para que podamos ser usados ahora para revelar su presencia a un mundo que espera renacer.
Roguemos al Señor
Señor, cuando nuestros primeros padres --Adán y Eva—pecaron contra ti, la enfermedad de mente, cuerpo, y espíritu entró en tu perfecta creación. A través de tu Hijo, Jesús entró a ese mismo mundo a destruir el poder de la muerte y proveernos comida divina para alimentar nuestros cuerpos y almas. En ese mismo amor desbordado, tu Hijo nos encomendó a aquellos que lo amamos, ámense los unos a los otros.
Una expresión de ese amor es la misericordia y en ese amor misericordioso, recibimos el poder de ser ministros de nuestros hermanos y hermanas que están enfermos de mente, cuerpo, y espíritu. Estamos llamados a consolar, a ser compasivos, y a amar a aquellos que están sufriendo con enfermedades físicas y mentales. Estamos llamados a ser discípulos del Cuerpo de Cristo para compartir la Buena Nueva de su amor y perdón por aquellos enfermos en el espíritu.
En esta celebración de Corpus Cristi, proclamamos al mundo la Verdadera Presencia de Jesucristo en la Santísima Eucaristía. También proclamamos que el mismo Jesús vive dentro de cada uno de nosotros los bautizados que ahora somos el cuerpo de Cristo, la Iglesia. En la Santísima Eucaristía, el cuerpo, sangre, alma, y divinidad de Jesucristo, a quien llevamos en procesión en esta custodia. Como hemos comido a nuestro Señor en la Eucaristía, lo traemos a nuestro mundo todos los días—somos custodias vivientes radiando el amor de nuestro Señor a todos los que necesitan recibir la misericordia de nuestro Señor a través de nosotros. Permitamos que el fuego del amor de Dios nos purifique para que podamos ser usados ahora para revelar su presencia a un mundo que espera renacer.
Roguemos al Señor
- Señor Jesús, que tu Verdadera Presencia venga hoy y siempre a darnos las fuerzas para ser custodias vivientes para el mundo,
- Señor Jesús, oramos que en tu infinito amor y misericordia cierres nuestras heridas, cures nuestras enfermedades, compongas nuestros cuerpos quebrados y cures las almas perturbadas,
- Señor Jesús, que aquellos que dudan tu presencia en nuestro mundo, abran sus corazones y vean tu bondad, tu misericordia, tu compasión, y el amor que nosotros, tus discípulos, manifestamos al mundo a través de las acciones en nuestra vida diaria,
- Señor Jesús, ayúdanos a ser tu voz, ojos, oídos, y corazón cuando visitemos a los enfermos de mente, cuerpo, y espíritu.